En una audiencia realizada en los tribunales de Campana, el Tribunal Oral en lo Criminal condenó a prisión perpetua a María Delia Ludueña y Pablo Ramón Lavín por el crimen de Morena Nazareth Lavín, la adolescente de 13 años asesinada en Lima en 2022. La decisión fue adoptada por unanimidad por los jueces Lucía M. Leiro, Facundo J. Quinteros y Daniel C.E. Rópolo, quienes reconstruyeron en el debate oral la secuencia de violencia que derivó en el hecho.

El caso había generado un fuerte impacto en la comunidad desde el 24 de mayo de 2022, cuando Morena llegó sin vida al hospital local con lesiones que despertaron inmediatas sospechas. Las inconsistencias en el relato familiar y la gravedad de los signos detectados hicieron que la Fiscalía activara rápidamente una investigación profunda.

En los primeros tramos de la causa, María Delia Ludueña —madrastra de la víctima— reconoció que golpeó a la adolescente con un palo, un objeto que luego intentó quemar. Señaló que la agresión se desencadenó porque la menor había mojado la cama, un argumento que para los investigadores solo evidenció un contexto de maltrato sostenido. Finalmente, confesó que sentía celos por su hijastra, y la relación que ésta tenía con su pareja, es decir, el padre.

Pablo Ramón Lavín, padre de Morena, aseguró que estaba trabajando cuando ocurrió el ataque. Sin embargo, admitió que Ludueña le relató lo sucedido y que conocía detalles del hecho. Las pericias médicas y forenses terminaron ubicándolo como partícipe directo dentro de un escenario de violencia que se extendió durante meses.

Aunque no existían denuncias anteriores por maltrato hacia la víctima, sí se comprobó la existencia de conflictos y episodios de violencia entre los adultos que convivían con ella. Según quedó expuesto en el juicio, esa dinámica influyó en el aislamiento y la vulnerabilidad en la que se encontraba Morena, sin redes externas que pudieran detectar la situación a tiempo.

La reconstrucción del Tribunal determinó que la adolescente fue sometida a agresiones reiteradas y que su muerte fue consecuencia de un ataque de extrema violencia ocurrido en su propio hogar, donde quienes debían garantizar su cuidado terminaron incumpliendo de manera absoluta ese rol.

Tras las últimas palabras de los imputados y la revisión de todas las pruebas, los jueces Leiro, Quinteros y Rópolo resolvieron dictar prisión perpetua para ambos acusados, en un fallo que fue comunicado formalmente en los tribunales de Campana, sede del debate.

La sentencia marca el cierre judicial de un caso que movilizó a la región y que vuelve a interpelar a las instituciones sobre la detección temprana de situaciones de vulnerabilidad extrema. Morena, de solo 13 años, quedó atrapada en un entorno donde la violencia se volvió cotidiana hasta su desenlace fatal.