HOY 8:04
A la flauta!
La crisis panadera se agrava: el consumo cayó un 50% en 18 meses
Según detallaron desde el Centro de Panaderos bonaerenses, comercios de distintas ciudades trabajan con menos producción, apagando hornos y reduciendo la oferta, mientras el consumo cae a la mitad y los insumos suben por encima de la inflación.
En panaderías locales, principalmente en los barrios, los vecinos compran lo justo y necesario.
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La crisis panadera se agrava: el consumo cayó un 50% en 18 meses
En panaderías locales, principalmente en los barrios, los vecinos compran lo justo y necesario.
La crisis panadera que atraviesa la provincia también golpea en Campana, donde varios comercios del rubro reconocen que trabajan a media máquina. Martín Pinto, presidente del Centro de Panaderos bonaerense, advirtió que la situación es “insostenible” para los pequeños negocios: “Producir en Argentina cuesta cada vez más. Soy panadero y solo uso la mitad de las máquinas”, señaló en diálogo con Radio Rivadavia.
Según el dirigente, apenas seis de cada diez hornos y amasadoras se mantienen en funcionamiento y el consumo de pan cayó un 50% en los últimos 18 meses. En panaderías locales, principalmente en los barrios, los vecinos compran lo justo y necesario, en muchos casos por encargo, mientras las heladeras permanecen apagadas para no acumular mercadería que luego termina en la basura.
Ni siquiera las promociones de facturas del día anterior logran atraer compradores, lo que refleja con crudeza la retracción del consumo. “Antes en el mostrador había de todo: panes, facturas, sándwiches. Hoy la realidad es completamente distinta”, graficó Pinto, con más de 30 años de oficio.
La caída de ventas, sumada a la inflación y al aumento de los costos operativos, deja a las panaderías de barrio al borde del cierre y pone en riesgo numerosos puestos de trabajo. Ante este contexto, muchos comercios redujeron la producción y apagaron parte del equipamiento como única forma de achicar gastos.
El incremento desmedido de los insumos agrava la situación: una bolsa de 25 kilos de harina pasó de $3.500 a $15.000, la levadura de $700 a $2.500 y la grasa de $18.000 a $28.000. En este contexto, la continuidad de los comercios panaderos se vuelve cada vez más incierta.
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