“En la Semana más Patria del mes de mayo, los dos buscarán ser el más Nacional de todos, en el Torneo del Ascenso. Se verá, en el Hogar de los Tigres, si el local pega el zarpazo, o la visita le da con un caño…”.

Tal “speach” fue la presentación en el quinto y definitorio partido de la serie final, por un ascenso a la Liga Nacional de Básquetbol, entre Libertad (de y en Sunchales) y Siderca, de Campana, del colega de TyC Sports, Hernán Rafael.

Un equipo “metalúrgico” que, a fuerza de rendimientos individuales y colectivos, una fuerte localía, un extranjero rendidor, se había ganado, la posibilidad de meterse en dicha instancia aún, cediendo algunos partidos en lo previo que le podrían haber permitido jugar dicha instancia definiendo siempre en casa cualquier eventual desempate.

Entre sus rivales de temporada se encontraban: Newell´s Old Boys (Rosario), Deportivo San Andrés, Gimnasia (La Plata), La Unión (Colón, Entre Ríos), Estudiantes (Santa Rosa, La Pampa), Echagüe (Paraná); Unión Gimnástica Sokol (Roque S. Peña, Chaco), Instituto (Córdoba), Ben Hur (Rafaela), Racing Club (Avellaneda), Central Entrerriano (Gualeguaychú), Independiente (Neuquén), Lanús y Universidad de Buenos Aires (Capital Federal).

Se cumplen 20 años de aquella final que decreto el ascenso de Libertad, al imponerse por un global de 3 a 2. Aquel equipo de Gonzalo García (hoy campeón continental con San Lorenzo), Horvath, Ceruti, Corroto, Barbieri, Benítez y Dottin.

En el de Campana, el DT era Ricardo “Ricky” Palacio (el AC Pablo Gangi, PF Julio C. Bonesi y el Dr. Norberto Santana, completaban el cuerpo técnico) más Frederick West, Pedro Casermeiro, Juan Manuel Locatelli, Walter Guiñazú, Nelson Ingles, Gerardo Barrera, Roberto Schramm, Mariano Di Lallo, Hernando Salles, Andrés Horst, Rubén Runke y Marco Dell A´cqua.

En Sunchales, se impuso el local por 79-77 y 67-65 (2 a 0). Ya en Campana, la serie se niveló (victorias 75-64 y 72-69). El último se disputó el 18 de mayo de 1998, y fue victoria del “Tigre”, 79-75.

Una final que los propios protagonistas sabían estaba “perdida” de antemano. Independientemente de que se pudiera, deportivamente, haberla ganado. Porque ellos mismos contaron que la plaza se vendía (¿si se ascendía, también hubiera pasado eso?), y la práctica deportiva se “discontinuaba”…

Hasta el ascenso a la “B Nacional” de Villa Dálmine, en el 2014, y su primer año en dicho certamen (con el DT Rondina al mando) fue, sin lugar a duda, el último gran hito deportivo de conjunto de cualquier Institución de la ciudad.

Hoy, se cumplen 20 años de dicha posibilidad, la derrota obligó a jugar un repechaje con Belgrano, de San Nicolás, con desventaja de localía y hasta de cantidad de jugadores foráneos en el plantel, que solo alargó lo que se sabía iba a pasar.

Surgirán disparadores para luego debatir, café o cerveza mediante, en la mesa de un bar o en un asado, si Campana tiene o no “cultura deportiva”. Léase: verdadero apoyo publicitario y logístico por parte del Estado (independientemente del color político), y de las empresas de turno, más allá del acompañamiento popular (en cancha, de la gente).

Pero eso, será análisis de otro momento. En este, rendirles tributo a todos y cada uno de los integrantes de aquel plantel que la pelearon hasta el final. Y solo cedieron, en la final, por esas cosas del deporte.