Les guste o no a algunas personas, las Malvinas son Argentinas, y el reclamo por la soberanía de las islas tiene que ser una política de estado de todos los gobiernos. Este reclamo a su vez, tiene que ser acompañado con un reconocimiento eterno a nuestros ex combatientes que han puesto en riesgo sus vidas por la patria, y por los 649 soldados que no volvieron.

En esta columna, estimado vecino, voy a apartarme de la cuestión local para tratar un tema que representa un valor significativo en lo más profundo de nuestro sentimiento nacional, que es la cuestión Malvinas.

Esta semana hemos visto en los medios de comunicación la discusión en torno al comunicado alcanzado entre el Gobierno Argentino y el Gobierno Británico en donde se contempla el “restablecimiento” de la cooperación en materia comercial, de defensa, seguridad e inversiones. Este comunicado es contraproducente y peligroso en lo que respecta a prever un acuerdo de explotación conjunta de recursos de pesca, hidrocarburos y comercio en el Atlántico Sur. Y digo que es contraproducente y peligroso ya que parece ilógico que un país negocie un acuerdo de esta envergadura con otro con el cual tiene en disputa la soberanía del territorio que es objeto de negociación generando un precedente complicado para nuestro reclamo. Y porque además, los argentinos estamos seguros de que las Islas Malvinas son argentinas, con lo cual no hay nada que negociar. Nuestro país, en virtud de su condición de Estado Soberano, tiene la potestad unilateral de usufructuar los recursos naturales del territorio comprendido por esta Nación, y no existe obligación ni necesidad alguna de negociar con la nación usurpadora (Gran Bretaña) una explotación conjunta sobre los mismos. El hacerlo, no es más que un reconocimiento implícito de la situación actual que a mi modo de ver es violatoria por parte del Reino Unido de la soberanía nacional, del derecho internacional y de las resoluciones de la comunidad internacional como la 2064 de Naciones Unidas que insta a ambas partes a resolver mediante la negociación la disputa soberana.

A esto se le sumaron las declaraciones de nuestro primer mandatario en las cuales aseguró que habría acordado con la Primer Ministra Británica, Theresa May, “comenzar un dialogo abierto que incluya, por supuesto, el tema de la soberanía de las Islas”, a los que según las mismas declaraciones, la primer mandataria Inglesa habría respondido que “habría que conversar a dialogar”. Esto fue desmentido rápidamente para la mismísima Canciller Argentina quien sostuvo que “no es un acuerdo para avanzar en materia de soberanía” aunque tibiamente agregó luego que reiteraba “su llamado al diálogo para solucionar amigablemente la disputa”. La diplomacia internacional es una actividad que requiere cálculos exactos de las cosas que se dicen y se hacen ya que ante el menor “traspié” se pueden desencadenar una serie de sucesos cuyos desenlaces son inciertos y en donde la violencia a gran escala está a la vuelta de la esquina, más aún en una cuestión tan sensible para nuestro país como lo es con la cuestión Malvinas. Este calculo minucioso no fue tenido en cuenta por nuestro mandatario.

Lo que queda claro, por otro lado, es que el gobierno Argentino ha abandonado la diplomacia multilateral como mecanismo de formación de un cerco estratégico a Gran Bretaña por el de coexistencia y cooperación con la potencia Inglesa sin dejar nunca en claro para nosotros ni para Gran Bretaña que esta situación de “mejora” de las relaciones servirá en el futuro para incluir la cuestión Malvinas.

Por otro lado, el abandono de la estrategia diplomática multilateral significa el abandono de una postura que ha traído buenos resultados. Si bien no se ha logrado llegar a una negociación con el Reino Unido por la soberanía, ha habido avances significativos que podrían conducir al objetivo final, como lo es el apoyo de gran parte de la comunidad internacional a nuestro reclamo incluyendo potencias como China y Rusia en el G77 mas China donde suscribieron 130 países una declaración respaldando nuestra postura, y el apoyo de organismos supra estatales como el Mercosur y la Unasur. Los primeros indicadores sugieren que el nuevo Gobierno ha abandonado esta postura y con ella los logros conseguidos, priorizando los intereses de la clase gobernante por encima del interés nacional; esto es, priorizar el interés comercial de los sectores empresariales y agro productivos que hoy son gobiernos, por el interés nacional que es la recuperación de las Islas Malvinas. 

El columnista es Licenciado en Relaciones Internacionales.


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