La vida de Sebastián Heredia, no es vida. Desde hace años, vive un verdadero calvario que combina violencia e impunidad. Hace algunas semanas, más precisamente el 25 de Febrero, hicimos público un incendio donde las versiones daban cuenta de una pelea familiar, que consumió dos viviendas ubicadas en un mismo terreno. Hace algunos días, el propio Sebastián contó su verdad en nuestra redacción.

La historia detrás de los hechos

Sebastián Heredia vive (o vivía) en la vivienda donde nació. La misma, originalmente era propiedad de sus abuelos. Al fallecer, los tíos de Sebastián firmaron una conformidad para que el joven quedara a cargo del lugar. Todos, menos uno…

Ricardo Omar Heredia, también conocido como “Yiyo”, no aceptó esta medida. Ahí nació una extraña “convivencia”, donde la vivienda ubicada en Alberti 1062 quedó dividida. Junto a su mujer y sus siete hijos, el tío de Sebastián habitó el mismo lugar que su sobrino.

Pero la violencia fue ocupando lugar en la historia. “Le pegaba a su mujer, la amenazaba y me amenazaba a mí” cuenta el joven, al tiempo que asegura haber realizado una inmensa cantidad de denuncias al respecto, incluso, junto a su tía.

La relación con “Yiyo” iba de mal en peor. En varias oportunidades, Sebastián denunció golpes, cortadas y puntazos, y amenazas de las más variadas. Finalmente (por así decirlo) en 2010 la Justicia ordenó la exclusión del domicilio del violento familiar. En ese entonces, un accidente sufrido por el joven propietario lo llevaría a refugiarse en casa de su madre, ante la imposibilidad de movilizarse. Varios meses después, logró reponerse y regresar a la vivienda.

“En ese tiempo- nos cuenta el protagonista del relato- ayudé a mi difunta tía en lo que pude. En cuidar la casa, alimentar a sus hijos, hasta que enfermó”. También en ese período, Sebastián logró “acomodar la situación de la vivienda, que se encontraba irregular por donde se la mire. Conexiones clandestinas de gas, luz, deudas impositivas, todas adjudicadas a su “vecino interno”. Hasta que la esposa de su tío, fallece en Febrero de este año.

Sobre Ricardo Omar Heredia, habría recaído una veintena de denuncias por parte de su propio sobrino, otras tantas de su ex mujer, hasta el último dictamen de la Jueza de Familia, Dra. Virginia Norzi, quien impidió al acusado acercarse a menos de 300 metros de su sobrino. También dictó una custodia policial opcional por un lapso de cuatro meses, más otra puntual por 72 horas, hasta que Sebastián pudiera recuperar su vivienda.

Pero algo falló. “La Policía me acompañó hasta mi casa, pero se fue antes de que ingresara al lugar” relata el damnificado, quien cuenta que al intentar entrar, notó que una pesada mesa trababa la puerta desde adentro. Que algo, no andaba bien…

A pocas horas del deceso de su pareja, Heredia regresó al lugar para instalarse definitivamente. Entonces, tuvieron lugar los hechos que relatamos, donde un doble incendio intencional terminó con todas las pertenencias de Sebastián Heredia, quien por su seguridad, debió irse a la casa de un familiar, donde hoy reside. “Radiqué cuatro denuncias 48 horas antes del incendio, pero nadie hizo nada. Y perdí todo” cuenta.

En el medio, denuncia nuevas agresiones y amenazas (propias y hacia sus familiares y amigos). Su “victimario”, sobre quien rezan denuncias por lesiones, robo, incendio y desobediencia, vive con sus hijos en el lugar epicentro de una verdadera batalla, que día tras días, suma características de guerra.