Las fotos no distan de aquellas imágenes que bien podrían ser parte de una película apocalíptica, tal vez no con la espectacularidad que Hollywood nos pinta, pero con mucho más angustia y dramatismo al saber que son tan ciertas como cercanas.

La naturaleza vuelve a golpear a los campanenses. El agua no da tregua y golpea como nunca antes lo hizo. La gente se desespera, y con razón. La asistencia siempre parece poca, cuando la urgencia se sumerge entre la necesidad y el desamparo.

Las redes sociales evidencian la broca e indignación de quienes lo perdieron todo, y buscan culpables con la misma intensidad que soluciones. Pero también, sale a flor otra faceta: la solidaria. Y allí el corazón de la comunidad se hace grande y se traduce en cientos de colectas, decenas de sitios de recolección de ayuda y donaciones, vecinos que se suman al voluntariado que trabaja en los lugares más afectados y sumergen sus piernas en las mismas aguas que sus pares. Otros que abren las puertas de sus hogares y locales para albergar con abrigo y comida a quienes más lo necesitan.

Pero el clima parece no aflojar, y ante tamaña muestra de coraje humanitario, le pega otro revés con más lluvia, más agua, más incertidumbre…

Estas sensaciones son parte de cada pixel, de cada foto. Algunas de ellas son parte de esta galería, que lejos de lucirse, busca abrir los ojos de toda una Ciudad para ser testigos de lo que ocurre también aquí. Pero también pretende generar conciencia, para que cuando el agua baje, algo cambie. Un verdadero replanteo de lo que cada uno hace por el lugar donde vive, desde sus responsabilidades, ya sean funcionarios, opositores, o simplemente vecinos. Es todo y mucho de lo que se puede hacer. Lo demás, es levantar la mirada y pedir al cielo…precisamente el lugar donde hoy conviven el drama y la esperanza.

MIRÁ ACÁ LAS IMÁGENES CAPTADAS POR UN DRONE.